La integración neurosistémica (según Verena König) reúne las esencias de la neurobiología, la terapia sistémica y la psicotraumatología para trabajar de forma sensible al trauma. David Treleaven lo explica en su libro Trauma-Sensitive Mindfulness como una forma de acompañar a personas que han vivido situaciones traumáticas, que consiste en adquirir conocimientos sobre el trauma, reconocerlo, abordarlo y evitar la retraumatización. En el acompañamiento sensible al trauma, las personas tienen la sensación de ser comprendidas y vistas. La seguridad es esencial en este contexto para que la persona se sienta fortalecida, empoderada y resguadada.
El trabajo sensible al trauma no es una terapia del trauma. Por lo tanto, no trabajamos el trauma en sí, sino en aumentar la capacidad de desarrollar la autorregulación y la contención para hacer frente a los síntomas resultantes de situaciones traumáticas pasadas.
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